El pre-evento (también llamado pre-event buffering o pre-buffering) es una característica estándar de las cámaras corporales de policía en la industria. A diferencia de las cámaras comerciales, que comienzan a capturar contenido al pulsar “grabar”, las cámaras corporales de policía deben poder incluir información contextual en los incidentes registrados. La razón de esto es que algo relevante sucede generalmente justo antes de que un oficial presione “grabar” en su cámara corporal, y ese contexto debe ser incluido en la evidencia. Esto se ve facilitado por el pre-evento. El período de tiempo que se antepone a un incidente para ser incluido con cada incidente es típicamente establecido por la política del organismo y controlado administrativamente.

Las cámaras corporales que admiten funciones previas al evento (y características propias como Record-After-the-Fact - Grabar después del hecho) técnicamente están grabando siempre, aunque el contenido no se carga en la evidencia a menos que se inicie una grabación. Por lo tanto, las expectativas de privacidad de los funcionarios y ciudadanos deben evaluarse cuidadosamente cada vez que se inicie un programa de cámaras corporales.

El contenido que no se pudo grabar representa un problema importante para los organismos con programas de cámaras corporales. La mayoría de los organismos tienen una política que exige la activación de cámaras cuando interactúan con miembros de la comunidad, pero, en algunas circunstancias, los oficiales simplemente no tienen tiempo para presionar “grabar”. Debido a esto, debería considerar funciones como Record-After-the-Fact (Grabar después del hecho), que permiten a los funcionarios autorizados recuperar el contenido de video de la memoria de una cámara, incluso cuando nunca se pulsó el botón de grabación.

No todas las cámaras pueden. Debe encontrar específicamente un proveedor que tenga cámaras corporales y cámaras para vehículos diseñadas para sincronizarse entre sí. Entre los pocos proveedores que ofrecen esta capacidad, el nivel de integración variará.

Si una cámara corporal se cae de un oficial, no estará haciendo su trabajo y no se capturan pruebas potencialmente vitales. Por lo tanto, es imprescindible que seleccione un sistema de montaje de cámara que se adapte bien al uniforme y las prácticas de trabajo de su organismo. Las opciones varían desde el soporte magnético central convencional hasta los soportes que se conectan con los sistemas de transporte de carga MOLLE y Peter Jones / Klick-Fast.

El “campo de visión” de una cámara corporal determina la cantidad de escena delante de la cámara que se grabará. Un campo de visión demasiado estrecho resultará en evidencia perdida. Un campo de visión demasiado amplio causará distorsión del “ojo de pez”. Algunas cámaras corporales emplean tecnología de corrección de distorsión para ayudar a capturar un amplio campo de visión sin la fuerte distorsión que de otro modo se produciría con el objetivo gran angular.

A medida que las cámaras corporales acumulan grandes volúmenes de pruebas en video, será cada vez más importante que gestione el material de forma eficiente. Para ello, necesitará añadir etiquetas y metadatos. Algunos sistemas de vídeo también se pueden configurar para actuar en función de los metadatos de vídeo: por ejemplo, priorizando la carga de video sobre delitos violentos antes que aquel de las infracciones de tránsito.

La duración de la batería de una cámara corporal variará de un fabricante a otro. El mínimo suele ser de 6 a 8 horas, con 12 horas que normalmente definen el extremo superior del rango. Tenga en cuenta que los turnos pueden ser largos y los oficiales pueden solicitar el uso de sus cámaras para trabajos secundarios, lo que supone una carga adicional para los requisitos de la batería de la cámara. Dado que muchos organismos disponen de cámaras corporales, si la cámara no puede sustituir fácilmente la batería, tendrá que planificar el tiempo necesario para recargar las cámaras entre turnos. Si la duración de la batería es importante para su organismo, debe considerar una cámara que tenga una batería reemplazable.

Se recomienda especialmente que todos los oficiales públicos estén equipados para registrar cada interacción con los ciudadanos. Esto debería incluir a oficiales de enlace de la comunidad, técnicos, oficiales encargados de hacer cumplir la ley y oficiales de recursos escolares, así como oficiales de patrulla. Usted debe considerar equipar con cámaras corporales a todo otro personal que interactúe regularmente con la comunidad también.

Todos los sistemas de cámaras corporales necesitan una solución de “back-end” para el almacenamiento, la gestión, el procesamiento y el uso compartido seguro de pruebas de video. Para los organismos de menor tamaño, esto puede ser tan simple como un programa que se ejecuta en una laptop. Para los organismos más grandes, será un servidor local de alta capacidad o una aplicación basada en la nube. Al especificar su solución, debe utilizar su política de retención de pruebas de video para calcular exactamente cuánto almacenamiento necesitará. Algunos fabricantes le exigirán que pague tarifas elevadas por almacenamiento, e incluso tarifas aún más elevadas si usted excede su asignación contractual. Asegúrese de investigar los costos de almacenamiento asociados con cada proveedor.

La transmisión en directo de video desde una cámara corporal ha tenido hasta ahora poca adopción en las fuerzas del orden público. Cada cámara tiene que disponer de una conexión de banda ancha fiable, que puede ser costosa y requiere mucha administración. Además, el impacto en la vida útil de la batería será significativo, lo que podría conducir a un apagado prematuro de las cámaras durante incidentes prolongados. Los sistemas de cámaras de video para vehículos no conllevan el riesgo de agotamiento de la batería, por lo que se recomienda que todos los sistemas del vehículo estén configurados para transmisión en directo.